El proceso de obtención de aceite se realiza entre los meses de septiembre a diciembre, los meses en los que se recoge nuestra variedad manzanilla cacereña. todo el proceso se realiza en frio, cuidando así de no alterar las propiedades organolépticas del aceite, obteniendo un producto de gran calidad.
Todo este proceso es llevado a cabo con especial cuidado y mimo para que, cuando llegue a la mesa del consumidor, disfrute acompañando los platos con un aceite que hará que un plato común y corriente pase a ser algo especial, con el aporte de aroma y sabor de nuestro aceite de oliva virgen extra aceitunera granadilla.
Elaboramos un aceite que, cuando llega a la nariz, recuerda a hierba recien cortada, con un picante suave dulzón, a veces en una palabra, en la cual podriamos definir claramente, una delicatesen.
La llegada del fruto a la almazara desde los olivares se debe realizar antes de las 24 horas desde su recogida, evitando así que el agua vegetal que contiene el fruto comience el proceso de fermentación y oxidación, empeorando el resulado final del aceite.
Antes de comenzar la molienda en conveniente limpiar la aceituna de hojas, piedras, ramos, etc.
Una vez tengamos las aceitunas limpias, pasarán por una pesadora que nos dirá la cantidad real de aceitunas, pasando así a su almacenamiento en tolvas a la espera de su molturación, la cual debemos realizar lo antes posible, impidiendo así el deterioro del fruto tras ser recolectado.
Se realiza con molino de martillos en forma de estrella girando a 1.800 rpm, se rompe el fruto que es suministrado poco a poco, girando dentro del molino hasta que pasa por la criba elegida del diametro deseado, dependiendo del grado de maduración. una vez triturada y hecha pasta es bombeada hacia una batidora para el siguiente paso.
El batido es una de las partes esenciales del proceso; al moler las aceitunas, rompemos y facilitamos la salida del aceite contenido en sus celulas, las microgotas resultantes se aglutinan al pasar por la batidora, que mueve la pasta con palas helicoidales y a una velocidad constante, preparandola para su separación en condiciones óptimas.
Consta de una centrifugadora horizontal de dos fases, en la cual separamos por un lado la parte sólida o alperujo y por la otra la parte líquida, compuesta de agua vegetal y aceite.
El agua y el aceite resultante de la separación de la parte sólida en la centrifuga horizontal es tamizada a su salida, eliminando cualquier resto sólido que pueda acompañarla, para una vez terminado enviarla a la centrifuga vertical, compuesta por un eje de rotación y unos platillos, que girando a 7.000 rpm se consigue separar dos líquidos de densidades distintas, terminando el aceite por un lado y el agua vegetal por otro.
El aceite es recogido en el aclarador para su posterior paso a los depósitos de almacenamiento, donde permanecerá decantandose hasta el momento de su venta, ya sea a granel o envasado.
Una vez decantado en el depósito por un periodo aconsejable de unos 40 días a una temperatura de 18 º a 20º, tenemos el aceite preparado para poderlo filtrar y trasegarlo a un depósito preparado para su posterior envasado.
Una vez tenemos el aceite limpio y trasegado, podemos proceder a su envasado en el formato elegido dependiendo de la demanda.